El sentimiento de culpa normalmente nos genera malestar. Es una emoción compleja basada en creencias, aprendizajes sociales y aparece cuando transgredimos una “norma” ética personal, familiar, social o cuando ocasionamos un daño a otra persona.

La culpa surge en la relación con el otro y puede ocasionarnos una sensación de estar “atrapadas y atrapados”, interfiriendo en lo que realmente necesitamos en dicha relación, sintiendo a veces una pérdida de energía vital. De esta forma la culpa se convierte en una trampa mental que esconde asuntos personales, creencias y otras emociones.

Esta jornada está centrada en poder comprender la función de esta emoción en nuestras vidas para poder elegir y ganar más libertad en nuestra relación con nosotras mismas y con los demás. Para vivir nuestras relaciones sin estar condicionadas por la culpa.

Para ello daremos respuesta a preguntas como ¿De qué modo influye la culpa en nosotros y nosotras? ¿Cuáles son sus raíces?¿Para qué nos sirve? ¿Qué otros caminos podemos tomar?

Como cualquier emoción tiene una función adaptativa, aunque a veces puede acabar convirtiéndose en una emoción desadaptativa. La culpa adaptativa o como dice Martin L. Ho man, la culpa empática, sirve para entender el sufrimiento y el dolor del otro, predisponiendo a reparar el daño cometido.

Nos fijaremos en la culpa no adaptativa, que tiene componentes ansioso-agresivos, puede ir acompañada de otras emociones como rabia, enfado, tristeza, impotencia o frustración y es en la que solemos quedarnos enredados y enredadas impidiendo tomar decisiones que necesitamos.

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