El origen del eneagrama, como vía espiritual, tiene su antiguo origen en la sabiduría sufí y llegó a nuestros tiempos gracias, en especial, a los maestros G. Gurdjie  (1866-1949), O. Ichazo (1931-2020) y C. Naranjo 1932-2019).

El conocimiento del eneagrama considera que nacemos esencia y es desde la infancia dónde, mediante el condicionamiento familiar, social y cultural, nos vamos adaptando al mundo en el que vivimos. La falta de amor verdadero nos lleva a ceder autenticidad y a olvidar el origen del ser. Es en el intento de conseguir el amor y la valoración de otros que nos alejamos del ser auténtico, y acabamos olvidando la esencia. Conformamos así el carácter, a través de mecanismos inconscientes y ajustes de supervivencia, con el que nos iremos identi cando.

A lo largo de nuestra existencia, en la búsqueda de ese amor en que nacimos, nos dotamos de herramientas, habilidades o aptitudes que nos sirven para sobrevivir a esa falta de amor a costa de nuestro verdadero yo. De esta manera, esos mecanismos automáticos que nos de enden del dolor acaban también deformando los tres motores instintivos del individuo: el centro visceral, emocional y cognitivo sobrecargando uno de ellos a costa de los otros.

Miguel nos acerca la visión del eneagrama como la ha ido prendiendo de su maestro y de su propia experiencia de enseñanza de más de 35 años.

La vivencia de cómo hemos “equivocado” la visión de nuestro ser y del mundo puede hacernos entender nuestro error reforzado por la fuerza del carácter, y aportarnos una manera diferente y creativa de ver y aceptar nuestro ser interior y el de las relaciones con el mundo y con los demás.

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