Psicoterapia Gestalt para el trabajo con experiencias traumáticas
La cicatriz es el lugar donde te entra la luz.
Rumi
La psicoterapia Gestalt busca un diagnostico procesal basado en la relación y la fenomenología que acontece en el campo en la experiencia aquí y ahora. En el caso de las personas con problemas de adicciones podemos observar que presentan experiencias traumáticas en su historia de vida, así como procesos de frontera inflexibles. Las experiencias traumáticas generan una visión limitada del self de la persona afectando sus funciones básicas de contacto, debido al impacto que genera el trauma.
La experiencia traumática generalmente favorece la aparición de una postura relacional autoretrictiva que genera un estado de frontera de aislamiento debido a que la persona mantiene una visión limitada basada en sus creencias de incapacidad como forma de protegerse de lo que considera un ambiente amenazante. Cabe señalar que la experiencia traumática también puede derivar en un estado de frontera de confluencia, es importante mencionar que la psicoterapia Gestalt se fundamenta en la fenomenología y por lo tanto las aproximaciones teóricas son posibilidades para ampliar la comprensión del fenómeno y no reglas que pretendan descifrar o encasillar la experiencia y proceder de la persona.
En la intervención psicoterapéutica en el tratamiento de adicciones he escuchado muchas historias de personas que han sufrido traumas que se han visto afectadas en su autoconcepto provocando que su self se vuelva inflexible en las experiencias relacionales que no son actualizadas por la falta de contacto debido al miedo que experimenta la persona de revivir el dolor que le causo la experiencia traumática del pasado.
La relación psicoterapéutica es una posibilidad de actualizar los procesos de frontera presentes en la persona con problemas de adicción, a través de la atención de los procesos fenomenológicos presentes en el campo que se construyen a través de la relación cliente-terapeuta. Durante el proceso terapéutico la persona experimenta emociones intensas al establecer contacto con la experiencia traumática provocando que el miedo existencial se interponga a la vivencia presente.
La experiencia traumática tiene una alta carga emocional generando un estado de tensión y confusión que produce una lucha interna entre el miedo y la angustia existencial. Se mantiene una lucha entre el estado evitativo del contacto a un estado de impasse que puede llevar a la persona a un vacío fértil. Es ahí, cuando el psicoterapeuta acompaña a la persona con su presencia a la co-construcción de una experiencia nutricia donde la persona se siente apoyada para intentar experimentar el contacto necesario con la emociona emergente.
El psicoterapeuta Gestalt promueve la construcción de una relación basada en la confianza y la promoción de experimentos que fomenten la expresión emocional genuina y espontanea de manera congruente con las necesidades que surgen del campo. Este enfoque prioriza la experiencia fenomenológica por encima de las expectativas propias del terapeuta o de los procesos manipulatorios del consultante.
Las personas con problemas de adicción generalmente presentan experiencias traumáticas, esto se manifiesta, a través de reacciones fisiológicas que son captadas en el campo fenoménico por el psicoterapeuta como figuras que necesitan ser exploradas profundamente a través de la experiencia emocional del cliente hasta alcanzar el cierre de la Gestalt.
La atención a la fenomenología presente en el campo permite al terapeuta identificar qué cosas del pasado (allá y entonces) se están haciendo presentes en el aquí y ahora. Es decir la fenomenología de la persona permite la presencia del trauma en la relación psicoterapéutica para su procesamiento. En un principio será común que la persona se muestre renuente a establecer contacto con las sensaciones y emociones que emergen del proceso relacional debido a las heridas que el cliente ha tenido en su historia de vida.
La experiencia traumática generalmente lastima la confianza de la persona y le provoca estados de vergüenza que se manifiestan en aislamiento e inestabilidad emocional. Dentro de mi experiencia clínica, considero que uno de los factores más complejos para lograr la recuperación en el proceso adictivo es que la persona sea capaz de superar el estado de inconsistencia motivacional que caracteriza a las personas que desarrollan una dependencia a las drogas.
El tratamiento de adicciones es una labor muy compleja debido al gran dolor y desensibilización que están presentes en las personas que sufren un proceso de dependencia a las drogas. Por lo tanto, el psicoterapeuta tiene la responsabilidad de co-crear un entorno seguro donde el cliente pueda tomar el riesgo de contactar con las experiencias traumáticas que contribuyeron al inicio del consumo de drogas o bien que definieron su carácter.
Al establecer un contacto con la experiencia dolorosa la persona está dando un gran paso en su proceso de recuperación porque está flexibilizando sus procesos de frontera dando la bienvenida a situaciones que en su momento fueron muy dolorosas y que aún siguen lastimando al cliente.
La intervención psicoterapéutica es una labor de compasión debido a que el mayor desafío que puede encontrar un psicoterapeuta es no comprender ni experimentar profundamente el dolor del cliente. La mirada, la respiración y la presencia son elementos cruciales en la co-creación del campo donde la persona experimente seguridad a pesar del gran temor que represente el hablar sobre el tema.
El encuentro que se produce en el proceso psicoterapéutico se caracteriza por ser un instante que modifica la historia de su vida de ambos participantes en el proceso al potencializar su capacidad de estar presentes en el dolor que en ese momento no solo pertenece al cliente, sino que es compartido en el instante donde el cliente experimenta mayor necesidad de contacto ( apoyo) en el aquí y ahora, para posteriormente brindarle un espacio donde pueda energizarse por sí mismo y recuperar esa parte de sí mismo que su historia de vida le había arrebatado.
Desde sus inicios la psicoterapia Gestalt estuvo enfocada en el cierre de asuntos inconclusos como posibilidad de crear estados de sanidad en la persona. Podemos decir que un trauma es una Gestalt inconclusa que obstaculiza el proceder organísmico de la persona, lo que dificulta la asimilación de nuevos aprendizajes que permitan su crecimiento.
El estancamiento traumático generalmente produce un estado de frontera de aislamiento que incapacita a la persona para establecer un contacto nutricio con el entorno. Las experiencias traumáticas quedan grabadas en las personas como asuntos inconclusos que necesitan ser concluidos de lo contrario se mantendrán como una barrera para el contacto y asimilación organismica de las experiencias presentes y nuevos aprendizajes que permitan el crecimiento de la persona.
En ocasiones algunos clientes con problemas de adicción me han preguntado por qué se comportan de forma tan inmadura, como si su maduración se hubiese quedado estancada desde que iniciaron en el consumo de drogas. En una ocasión un cliente de 40 años me menciono que cuando se ve al espejo ve un adulto pero que emocionalmente él se percibe como ese joven de 16 años que comenzó a fumar marihuana con sus amigos del barrio.
Con base en la experiencia de este cliente puedo reflexionar sobre la relevancia del contacto como camino para el crecimiento del organismo. Esto lo comento, debido a que al profundizar en su experiencia el cliente me comento que cuando inicio en el consumo de drogas paulatinamente fue rompiendo relación con sus seres queridos y solo mantuvo relación con sus compañeros de consumo, hasta llegar al punto verse envuelto en un estilo de vida totalmente ajeno a sus valores, necesidades y contexto familiar.
En este caso la ruptura de las relaciones emocionalmente significativas del cliente fue progresando debido a los asuntos inconclusos que el cliente tenía con sus padres debido al abuso sexual que sufrió por parte de su tío. Esto lo hizo alejarse de la familia poco a poco hasta que se unió a una pandilla y comenzó a utilizar drogas como una forma de mitigar el dolor existencial que le producía la vida.
A través de este ejemplo podemos observar como el trauma genera un aislamiento que no permite a la persona nutrirse y madurar de forma organismica, sino que produce un estancamiento madurativo debido a que no continua en relaciones sociales nutricias y eso afecta su maduración. Por ejemplo cuando otros estaban en la escuela cumpliendo con responsabilidades e iniciando con relaciones interpersonales significativas fuera del contexto familiar, el cliente dependiente a las drogas invertía gran parte de su tiempo de buscar, obtener, compartir y consumir drogas.
Los asuntos inconclusos suelen estar acompañados de experiencias profundamente dolorosas con personas emocionalmente significativas, además se encuentran cargadas de mucha emoción debido a que los sentimientos no han sido expresados de manera oportuna y congruente con la necesidad en el momento en el surgieron. Este dolor crea una barrera (cicatriz emocional) que impide el contacto con la experiencia traumática pero a su vez también bloquea el contacto con las experiencias novedosas (nutricias) que surgen en la experiencia presente provocando que la persona desarrolle un estilo de vida poco autentico debido a la limitación de conciencia en el presente.
La limitación de conciencia y el dolor emocional presentes en la persona que ha sufrido una experiencia traumática la llevan a tener un carácter rígido que se configura de tal manera que le permita soportar la angustia existencial, mantener anestesiado el dolor emocional y sobrevivir en un mundo que considera amenazante. El trauma contiene un alto nivel de energía opresiva que se manifiesta en comportamiento compulsivo y autodestructivo. Estas reacciones caracterológicas suelen ser incomprendidas por la familia y amigos lo que provoca que la persona refuerce la experiencia de vergüenza y soledad.
La vergüenza, la soledad y el trauma son 3 obstáculos para el desarrollo madurativo de una persona, lamentablemente las personas que tienen problemas con el consumo de drogas suelen presentar estas 3 condiciones que impactan en el inicio y el mantenimiento del comportamiento adictivo. Cuando la vida te ha causado tanto dolor parece una buena decisión anestesiar ese dolor con el consumo de drogas, no obstante, las drogas contribuyen a que el dolor existencial se incremente y la persona vaya perdiendo su capacidad de autoapoyo hasta quedarse aislado sufriendo con un futuro negado y una esperanza rota.
Los procesos y estados de frontera que constituyen los procesos relacionales caracterológicos son una respuesta que en su momento fue un ajuste creativo para responder a un entorno amenazante, sin embargo en la actualidad son anacrónicos y obsoletos porque no responden a la necesidad presente. Cuando se trabaja en la recuperación de una persona con problemas de adicción se realizan intervenciones psicoterapéuticas específicas para cada uno de los procesos de frontera que obstaculizan el desarrollo organísmico de la persona.
La persona que ha sufrido un trauma ha aprendido lidiar con esta experiencia emocional a través de un patrón relacional rígido y estereotipado. La psicoterapia Gestalt busca que a través de la creación de experimentos basados en la experiencia de campo la persona vaya cerrando asuntos inconclusos y recupere partes de su personalidad que se encontraban alienadas de su self. El psicoterapeuta con su presencia e intervenciones participa en la co-creación de experimentos que atienden de forma específica a la necesidad emergente en el aquí y ahora del cliente y así como al proceso de frontera inflexible que obstaculiza el contacto con la emoción.
Cuando la persona con problemas de adicción hace frente a sus experiencias traumáticas deja de lado los pensamientos rumiantes que se interponen con la experiencia emocional para establecer contacto con sus sensaciones y permitir que energía emocional contenida sea liberada a través de la presencia y confianza que brinda el psicoterapeuta en su intervención. Cuando la emoción surge y es expresada de manera espontánea la necesidad de la persona queda develada en el aquí y ahora.
Una vez que la persona ha alcanzado el awareness llega a un estado de impasee donde el contacto con la emoción intensifica la fuerza de autorregulación organismica por encima de la interrupción traumática y lograr destruir los temores que se han acorazado a lo largo de su vida. Es ahí cuando la persona con el apoyo del psicoterapeuta se aproxima al dolor para contactar y atender la necesidad hasta que llegue un punto donde se logre satisfacer la necesidad presente al atender la experiencia pasada vivenciada en el aquí y ahora. De acuerdo con los postulados del PHG este proceso consiste en lo siguiente:
No se trata de curar alguna cosa del pasado, ni de salvarlo de la defensa de una coraza, sino de hacer un ajuste creador en la situación actual. Para completar la Gestalt en la situación actual es necesario destruir y asimilar el obstáculo de la falta de awareness”. (Perls, Hefferline,Goodman 2002)
Por lo tanto, podemos concluir que la intervención psicoterapéutica ayudara a la persona a superar la rigidez en sus procesos de frontera y ampliar su nivel de conciencia, además de superar los síntomas que la experiencia traumática provocaba, el cierre de asuntos inconclusos (experiencia traumáticas) también permite la ampliación de conciencia y la resignificación de la experiencia traumática para convertirla en un elemento nutricio en el aquí y ahora, aunque haya sido profundamente dolorosa.
La superación de la experiencia traumática es parte del proceso de recuperación del comportamiento adictivo, debido a que la recuperación no se trata solo de sobrevivir al dolor que produce el trauma sino que construir nuevos procesos relacionales que permitan el crecimiento y maduración de la persona para alcanzar un estilo de vida saludable.
En ocasiones hay personas que viven en abstinencia pero continúan sufriendo debido a sus traumas emocionales. Desde esta propuesta de intervención Gestáltica se promueve que la persona logre el crecimiento a través de experiencias transformadoras que le permitan su ampliación de conciencia para que pueda superar su trauma hasta alcanzar la aceptación, respeto y apreciación de la experiencia presente. Cuando la persona ha logrado dejar a tras la hipervigilancia que le producía el trauma es capaz de actualizar sus prioridades existenciales y profundizar en las relaciones nutricias de su vida.
El psicoterapeuta que decide trabajar en el área de adicciones necesita ser un promotor de la esperanza y confiar plenamente en la capacidad de la otra persona. Con relación al trauma es indispensable que el psicoterapeuta se muestre compasivo y aceptante del dolor del otro, además de confiar en la capacidad de la relación para crear nuevas posibilidades por muy oscuro que se vea el panorama. El trauma es parte de la vida de una persona por esta razón, el negar la experiencia traumática es negarse a sí mismo. En la psicoterapia Gestalt se busca cerrar los asuntos inconclusos por dolorosos que resulten con el propósito de llevar a la persona a un nuevo estado de conciencia que le permita apreciar la vida tal y como decida vivirla.....
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