El movimiento en terapia
Las raíces corporales de la relación
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Traducido con el permiso de la autora por David Picó Vila.
Texto original en inglés: https://bit.ly/3P14h3L
Si la manera en que damos forma a la experiencia en la sesión de terapia es un acto creativo, ¿Qué papel desempeñan en ello los movimientos corporales primarios y fundamentales, tanto del terapeuta como del cliente? Ruella Frank es psicoterapeuta gestáltica, fundadora del Centro de Estudios Somáticos de Nueva York y autora de un nuevo libro sobre las raíces corporales de la experiencia. En este libro, Frank explica cómo los terapeutas de todas las modalidades podemos integrar en nuestro trabajo las dinámicas del movimiento corporal, empezando por darnos cuenta de nuestras propias reacciones corporales sutiles en el mundo de la sesión.
Soy terapeuta gestáltica en activo desde hace muchos años y aún sigo ahondando en una mayor comprensión de la rica perspectiva teórica que nos ofrece la terapia Gestalt. A finales de los años sesenta, la Gestalt era más conocida por un conjunto de técnicas. A veces hacíamos nuestras exploraciones moviéndonos de una "silla vacía" a otra, intentando que lo que estaba fragmentado y dividido en nuestro interior se convirtiera en una experiencia completa e integrada. Golpeábamos cojines con bates de bataka para expresar nuestra ira. En aquel momento se pensaba que la efusión emocional y la catarsis eran un aspecto primordial de la práctica gestáltica. Los aspectos más elocuentes de nuestra teoría y sus significados más profundos habían quedado en un segundo plano y, a menudo, estaban por descubrir.
Sin embargo, la terapia gestáltica siempre ha estado centrada en el presente. Es dialógica y, más importante aún, es un enfoque clínico fenomenológico de la terapia que está en consonancia con las ideas posmodernas de la intersubjetividad. Adoptar una actitud fenomenológica dentro de la terapia significa que los profesionales deben permanecer exactamente con lo que aparece ante ellos, lo que es intrínseco o innato a la experiencia. Los fenomenólogos clínicos prestan atención a lo que sienten, saborean, huelen, oyen y, lo que es más importante, a cómo se mueven, ellos y sus pacientes, y cómo los demás les mueven.
Quedarse exactamente con lo que aparece significa no ofrecer interpretaciones y suposiciones a los pacientes demasiado pronto, si es que se da alguna. Significa, más bien, animar a las y los terapeutas a prestar atención a su propia experiencia de movimiento-sensación, así como a la experiencia de sus pacientes y a la experiencia de lo que hacen conjuntamente en la cocreación de la situación terapéutica. La atención se centra en primer lugar en estar consigo mismos y con el otro. Es de aquí de donde se derivará posteriormente un hacer más activo.
He pasado algunos años observando a los bebés y sus madres/padres para comprender cómo se manifiesta su vida emocional a través de los movimientos. Esto siempre se da en relación con el otro. Creo que existe una similitud funcional entre esta díada temprana y la díada paciente-terapeuta, por la forma similar en que se crea el significado a través de un diálogo continuo, a veces manifiesto, a veces sutil, de micromovimientos. Se trata de una perspectiva relacional. Enviamos información al otro y recibimos información del otro casi simultáneamente. Es nuestro cuerpo, que se mueve y siente, que está siempre respondiendo y dispuesto a responder, el que organiza esta relación recíproca con el mundo: me muevo a través del mundo conforme el mundo se mueve a través de mí.
¿Qué puede significar esto para la práctica de la psicoterapia? La clave para entenderse a uno mismo en el mundo es atender a la propia implicación corporal que uno tiene con el mundo; en este caso, el mundo de la sesión de terapia. Hasta los matices más pequeños de nuestros propios movimientos y de los de nuestros pacientes (la postura, el gesto, la forma de andar, los patrones de respiración) nos proporcionan pistas con las que descubrir y revelar los temas más profundos de la vida y ayudar a que pasen a un primer plano para trabajar con ello y a través de ello.
Así, pues, el lugar de nuestra investigación es el cuerpo que se mueve y que siente. Los terapeutas debemos escuchar en primer lugar nuestras propias respuestas corporales en la sesión de terapia. Cuando nos centramos en nuestra receptividad interior damos prioridad a los sentimientos de asombro que emergen cuando exploramos lo que ocurre en el presente inmediato. Lo que observamos no es sólo nuestro, son más bien movimientos del campo. Es decir, nuestra experiencia se co-crea en la situación relacional conforme ésta se despliega.
Podemos preguntarnos qué ocurre entre nosotros y nuestros pacientes cuando experimentamos, por ejemplo,
- un apretón de la mandíbula, un aleteo en el pecho y/o una pesadez en los hombros;
- cómo nos colocamos en relación con nuestro paciente;
- cómo gesticulamos;
- qué cambios sutiles se dan en nuestro patrón de respiración.
A partir de estas percepciones podemos preguntarnos qué puede estar experimentando el paciente y sentir curiosidad por saber cómo se mueve y qué siente. La sensación de nuestro propio cuerpo en movimiento sirve de base para explorar la colaboración entre paciente y terapeuta. El diagnóstico que realizamos es un diagnóstico de la relación paciente/terapeuta en continua evolución. No es un diagnóstico del paciente aislado.
El nuevo libro de Ruella Frank, The Bodily Roots of Experience in Psychotherapy [Las raíces corporales de la experiencia en psicoterapia], acaba de ser publicado por Routledge.
Ruella Frank
La Dra. Ruella Frank es fundadora y directora del Centro de Estudios Somáticos, profesora del Instituto de Terapia Gestalt de Nueva York, profesora invitada de Gestalt Associates for Psychotherapy and Training, profesora adjunta del Instituto Gestalt de Toronto, y da clases por todo Estados Unidos, Europa, Eurasia, Sudamérica, Canadá y México. Ruella es autora de artículos y capítulos en diversas publicaciones, así como del libro Body of Awareness: A Somatic and Developmental Approach to Psychotherapy, disponible en cuatro idiomas (GestaltPress, 2001) y es coautor de The First Year and the Rest of Your Life sobre movimiento, desarrollo y cambio psicoterapéutico, disponible en cuatro idiomas (Routledge Press, 2010). Su nuevo libro, Las raíces corporales de la experiencia en psicoterapia (Routledge Press, 2022) ya está disponible en inglés.