Estudio de caso teórico-práctico desde el enfoque Gestalt
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Introducción
Presento este fragmento de mi tesina de posgrado como una recopilación de conceptos básicos usados en la Psicoterapia Gestalt, como el requisito final para terminar de la Especialidad en Gestalt, ofrecida por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt (IHPG) en la Ciudad de México.
La guía que construye este texto proviene del cuestionario que recibí en el IHPG para responder las preguntas ahí encontradas. Estas preguntas refieren un caso real que un profesor del Instituto transcribió en forma de cuestionario y mi trabajo ha sido presentar las respuestas teórico - prácticas de cada pregunta.
El caso de Carlos
Carlos tiene 50 años, es funcionario público desde hace 15 años. Llega refiriendo que es la primera vez que inicia un proceso psicoterapéutico y que viene por recomendación de su acupunturista.
Sesión 01
Paciente: “Pues aquí me tiene, Doctora, jamás pensé encontrarme en un lugar como éste, pero mi acupunturista me dijo que debo iniciar un proceso con usted, gran parte de mi problema de colitis es por alguna cuestión emocional que necesito revisar. Dígame ¿Usted qué opina al respecto? ¿Cree que necesito venir? ¿Qué tipo de terapia es ésta? ¿Cómo me ve?”
Terapeuta: Cuando escuché las preguntas de Carlos, me dieron muchas ganas de contestarle de inmediato y darle mi opinión al respecto pues percibía en él una gran necesidad de saber mi opinión profesional. Trabajé con la propuesta que hace Margherita Spagnuolo respecto al apoyo en las interrupciones de contacto.
De acuerdo a la secuencia de contacto de la teoría del self, ¿cómo se llama la flexión que se presenta en esta sesión? Justifica tu respuesta según el relato.
Las interrupciones habituales del contacto llevan acumuladas situaciones incompletas (la espontaneidad interrumpida lleva a gestalt abiertas y a situaciones incompletas), que, en consecuencia, continúan interrumpiendo otros procesos de contacto significativo.
La ansiedad que acompaña a la interrupción primaria del contacto (que, con el hecho de que se repiten las situaciones, se convierte en habitual) es la consecuencia de una excitación que no ha tenido suficiente apoyo de oxígeno (respiración adecuada) a nivel fisiológico y de respuesta por parte del entorno a nivel social (Spagnuolo, 2013, pp. 112-113).
Tomando otro ejemplo, si una chica siente espontáneamente el deseo de abrazar a su papá y se encuentra con su frialdad, interrumpe este movimiento espontáneo pero no bloquea la intencionalidad de contactar a su padre. La excitación de «quiero abrazarlo» se bloquea en un movimiento de inspiración (retiene la respiración) y, sin estar sostenida por el oxígeno, se convierte en ansiedad. Para evitar esta ansiedad, la chica aprende a hacer otra cosa, y la olvida. Lo que se hace es establecer un contacto a través de los estilos de interrupción o de resistencia a la espontaneidad como:
Introyectar: el desarrollo de la excitación se interrumpe través del uso de una regla o de una definición prematura (por ejemplo, «no debes de ser expansiva» o «no se abraza a los papás»).
Proyectar: el desarrollo de la excitación se interrumpe desapropiándosela y atribuyéndola al entorno. (por ejemplo, «mi padre me rechaza» o «mi expansividad debe de estar mal para él»).
Retroflectar: el desarrollo de la excitación se interrumpe volviéndola contra uno mismo, en lugar de dejar que esta lleve al contacto plenamente con el entorno (por ejemplo, «no tengo ganas, y no me va bien abrazarlo»).
Egotismo: el contacto con el entorno tiene lugar pero acaba muy rápido, antes de que la novedad que lleva consigo el entorno se contacte y asimile (por ejemplo, la chica abraza al padre pero no experimenta la novedad de este acontecimiento, y se dice a sí misma: «sabía que abrazarlo no iba a ser nada nuevo para mí»).
Confluencia: la excitación de la chica no se desarrolla porque el proceso de diferenciación del organismo con el entorno ni siquiera se inicia (por ejemplo, toma la frialdad del padre como una actitud suya y no piensa ni siquiera en la posibilidad de abrazarlo) (Spagnuolo, 2013, pp. 113-114).
De las anteriores, la interrupción que puede observarse en Carlos es la introyección, cuando el dice: “Dígame ¿Usted qué opina al respecto? ¿Cree que necesito venir? ¿Qué tipo de terapia es ésta? ¿Cómo me ve?”
Si estas preguntas hubieran sido contestadas por la terapeuta, muy probablemente Carlos habría adoptado esas respuestas para definir una parte de su experiencia sin necesariamente haberlo corroborado en su propio criterio.
Esto puede observarse a veces en terapias que todavía siguen un modelo médico, es decir, que hace diagnósticos. De esta manera, hay personas que salen del consultorio de terapia diciendo que son “obsesivos”, “bipolares”, que están “deprimidos”, etc., pues el doctor ha dicho que es así y este diagnóstico no se cuestiona ni se contrasta con la propia experiencia de la persona.
Volviendo al caso de Carlos, en el mismo diálogo puede observarse la influencia de una figura que él percibe con autoridad, su acupunturista:
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“jamás pensé encontrarme en un lugar como éste”, esta sería su propia experiencia;
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“pero mi acupunturista me dijo que debo iniciar un proceso con usted” y vemos que Carlos ha seguido este paso al pié de la letra. Pudo haber buscado a otro profesional o incluso pudo hacer caso omiso a la sugerencia, pero hizo la cita tal y como se le sugirió;
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“gran parte de mi problema de colitis es por alguna cuestión emocional que necesito revisar”; esta frase es un buen ejemplo de la opinión del otro y no de su vivencia respecto a los temas emocionales que tenga.
¿Cuál es la propuesta de apoyo que hace Margherita Spagnuolo en esta flexión?
Antes de responder directamente a esta pregunta, incluyo brevemente el punto de vista de Spagnuolo respecto del apoyo a cualquier interrupción para guiar al terapeuta, más allá de memorizar alguna forma específica de intervención.
El apoyo en terapia gestalt, entonces, se configura como la intervención terapéutica específica para cada interrupción del ciclo de contacto. Esto tiende a restablecer la función espontánea del organismo para completar el contacto deseado con el entorno.
En otras palabras, el apoyo debe permitir al self llegar plenamente a la frontera de contacto, eliminando el bloqueo específico, no en términos de desensibilización del comportamiento ni de comprensión cognitiva del bloqueo, sino gracias a un proceso creativo de adaptación que pasa a través de la desestructuración y la asimilación del proceso disfuncional.
La persona crece si experimenta lo positivo, por un lado, y, por otro, el anacronismo del modo en que se bloquea y si encuentra modalidades alternativas de orientar su energía a través del apoyo terapéutico o también ambiental, para hacer posible que llegue a la frontera de contacto permitiendo el intercambio con el ambiente (Spagnuolo; 2015, p. 10).
¿Cuál es el apoyo ambiental específico del que un determinado paciente, en un determinado momento relacional, tiene necesidad de concluir la experiencia de contacto?
Esta es la pregunta que nosotros, terapeutas gestálticos, nos debemos plantear en cada encuentro terapéutico.
La pura comprensión del bloqueo no es suficiente para permitir al organismo crear un ajuste nuevo y más funcional y, además, es genérica en cuanto no responde a la exigencia específica de apoyo de la fase de contacto en la que el paciente se bloquea. Así mismo disolver las tensiones musculares y los consiguientes bloqueos emocionales para que emerja la energía detenida es insuficiente como apoyo si no se da al paciente la ocasión y la posibilidad de dar estructura y dirección a esta energía y llegar así al intercambio con el ambiente del que tiene necesidad (Spagnuolo, 2015, p. 11; énfasis en el original).
Y entonces, entrando a la interrupción que presenta Carlos en esta sesión, Spagnuolo cita a Giovanni Salonia al hablar de introyección:
Es la fase en la cual el organismo comienza a hacer brotar y a identificar la necesidad. Los aprendizajes anteriores (introyectos) pueden, en este punto, a falta de apoyo ambiental, servir para definir la necesidad, funcionar como objetivo sobre el que colocar la atención para huir de la angustia del sentido del vacío provocado por la percepción de la necesidad (Salonia, 1989, p. 62).
Objetivo terapéutico. Hacer surgir la excitación ligada a la identificación de la necesidad, la sana agresividad, la manipulación del ambiente. Restaurar la direccionalidad de la energía ligada a la necesidad.
Técnicas. Todas las técnicas del "darse cuenta" van bien para esta fase, con el fin de permitir la individuación de la necesidad. Gran parte de las técnicas clásicas de la terapia gestalt sobre el "darse cuenta" son apropiadas en esta fase, desde el "¿qué sientes?" a la dramatización de aspectos de uno mismo, a la concentración, a la amplificación, al "quédate con eso y respira", a la transformación de interrogaciones en afirmaciones (Salonia, 1989, p. 61).
En este sentido, la práctica del apoyo para Carlos implicaría aprender a escuchar su ritmo al momento de hacer contacto consigo mismo y con sus necesidades. En este primer momento es normal que una persona que viene por primera vez a terapia se va a presentar y va a interactuar como ha aprendido y eso está bien.
Será la labor del terapeuta detectar las pautas del paciente y conforme exista una mayor capacidad de auto observación, será posible poner sobre la mesa lo que el terapeuta observe, para que el paciente pueda examinarlo (tal vez por primera vez en su vida) y de ahí decida qué hacer con ello.
Así el apoyo sería parecido al ambiente adecuado para que el paciente se anime a explorar, se anime a revisar lo que hoy da por sentado.
Deseo enfatizar la escucha o sensibilidad al ritmo del paciente por en sí mismo este elemento puede alentar o inhibir al paciente en esa exploración de sí mismo que se busca promover durante la terapia.
Si esto se logra hacer de manera adecuada, el paciente ganará la confianza necesaria para hacer ese mismo tipo de exploraciones en su vida cotidiana, que lo que en última instancia sería deseable.
Sesión 04
Paciente: “Fíjese Doctora, que me han caído mucho veintes en estas sesiones, creo que todos deberíamos de ir a terapia, pues luego andamos por la vida reprimiendo las emociones o ni siquiera sabemos que existen, como la tristeza o el enojo. Ahora ya entiendo por qué luego uno anda con la colitis a todo lo que da”.
Terapeuta: Al escucharlo, me pareció importante aplicar una de las reglas de la terapia gestalt que propone Naranjo, pero decidí hacer un experimento de nivel 1 para revisar cómo estaban sus sensaciones, a lo cual me contestó:
Paciente: “¿Qué sensaciones tengo al decirle esto?, pues yo pienso que está bien darse cuenta de todas estas cosas ¿no? Además, yo nunca pensé que la terapia fuera tan interesante”.
Terapeuta: MientrasCarlos me decía esto, noté que movía constantemente el pié y levantaba repetidamente los hombros. Me pareció importante trabajar esto con una técnica expresiva, pero no recordé cuál de todas podría ser.
¿Cuál regla de las que propone Claudio Naranjo consideras la idónea para aplicar en esta sesión con Carlos? Justifica tu respuesta.
Carlos usa un lenguaje impersonal durante esta sesión, cuando dice: “creo que todos deberíamos de ir a terapia, pues luego andamos por la vida reprimiendo las emociones o ni siquiera sabemos que existen” por ejemplo.
En su relato, es claro que Carlos todavía se aproxima a su experiencia desde el intelecto, con generalizaciones y hablando en tercera persona, que son formas comunes de buscar un encuentro con nosotros mismos cuando no hemos tenido algún tipo de proceso de desarrollo personal.
En paralelo, el cuerpo habla y con mayor precisión nos está diciendo que hay algo más sucediendo. Una parte muy importante de la labor del terapeuta es ser un tipo de espejo que le refleje al paciente información que, de otra manera, pasaría desapercibida.
Por ello, Naranjo enfatiza la importancia de la correcta expresión de la persona, al hacerse responsable de lo que está sintiendo, y una de las formas de apoyar la sensibilización es a través de acompañar al paciente a hacer uso de un lenguaje directo cuando está relatando su experiencia interna:
Nosotros nos percatamos de nuestros "sí mismos" en gran medida mediante nuestra expresión. Nuestra noción de lo que somos se ve afectada, si no bien completamente determinada, por lo que no hacemos y lo que hemos hecho. (Algunos existencialistas quisieran ir más allá diciendo que somos lo que hacemos: no hay una esencia divorciada de nuestra existencia). Sin embargo, aun si es que somos lo que hacemos, sólo lo vivenciamos "a través de un vidrio oscuro", las acciones concretas y los estados físicos que manifiestan nuestro ser.
El expresarnos (y, por lo tanto, actualizarnos) sería un proceso tan natural como la germinación de las semillas o el florecimiento de las flores, si no fuera por el hecho de que en nuestras vidas tempranas vivenciamos fricción, angustia, dolor, y aprendimos a manipular mediante "estrategias" en lugar de arriesgarnos a una apertura al mundo; y esto nos ha servido -hasta cierto punto. Sin embargo, la suma de estas estrategias en la forma de un "carácter" se convirtió, en mayor o menor grado, en un fin por sí mismo, una "identidad" a la cual nos aferramos, justificamos, promovemos, mientras nos alejamos de lo que realmente somos y dejamos de expresar nuestra verdadera naturaleza (Naranjo, 1990, pp. 83-84).
Continuando con la discusión del tema del apoyo, el trabajo del terapeuta también está en ayudar al paciente a identificar “las muletas” emocionales y cognitivas que ha utilizado para evitar el contacto con emociones o partes de su experiencia que sean dolorosas.
De la misma forma que se lleva a cabo una rehabilitación física en la que hay que fortalecer los músculos dañados y hay que dejar de usar ayudas (como una muletas) para regresar a un movimiento balanceado y natural, las técnicas supresivas ayudan al paciente a dar los primeros pasos sin el uso de apoyos externos o ficticios.
Uso el ejemplo de la rehabilitación del cuerpo como un ejemplo porque he visto de cerca también los beneficios de la psicoterapia corporal y las propuestas tan profundas que plantea dentro de un proceso terapéutico. Véase: Nicas, 2013.
Es bien sabido que dentro de la terapia Gestalt el cuerpo ocupa un lugar central y en este sentido el cuerpo del paciente “habla” todo el tiempo, especialmente cuando el terapeuta empieza a promover que el paciente se comunique desde un lugar cada vez más cercano a su experiencia interna.
Otro de los puntos esenciales en el cuerpo tiene que ver con sus límites y su espacio vital, como indica Kepner:
Sería una gran sobresimplificación de la experiencia de contacto sugerir que el límite del sí mismo comienza y termina en la superficie de los músculos y la piel, Esto haría de lado el amplio acervo de conocimiento de etólogos y psicólogos sociales sobre la importancia del espacio personal, la distancia interpersonal y el territorio (Kepner 1992, p. 168).
Como veremos más adelante, Carlos presenta en estos momentos, una dificultad para expresarse bajo ciertos contextos. En vez de ello se observa cómo se guarda las emociones, lo que tiene como consecuencia que somatice lo que le sucede y tenga diversos malestares.
El trabajo corporal sería enormemente útil para Carlos de manera que pueda decir que “sí” y que “no” con todo su cuerpo y en ese sentido con toda su presencia.
¿Cuál técnica expresiva de Naranjo aplicarías? Desarrolla un breve ejercicio.
Con el objeto de ser claros, creo que podemos distinguir, por lo menos, cuatro tipos de procedimientos conducentes a una intensificación de la acción (Naranjo, 1990, p. 94):
La repetición simple.
La exageración y el desarrollo.
La explicitación o traducción.
La identificación y la actuación.
Para esta sesión con Carlos, sería posible usar técnicas del punto dos (exageración) y/o del punto tres (explicitación):
Exageración y Desarrollo
La exageración es un paso más allá de la repetición simple y frecuentemente tiene lugar en forma espontánea cuando a una persona se le pide que vuelva a hacer o decir algo una serie de veces. Un gesto se hará más intenso o más preciso, una afirmación se va a hacer más fuerte o más susurrante, más intensamente expresiva o sea lo que fuera que inicialmente fue su tono de sentimiento.
Cuando a una persona se le pide que exagere y hace esto una serie de veces, puede descubrir algo nuevo en su acción. Tal vez esto no sea una cualidad completamente nueva, sino una que estaba en su conducta original como una semilla invisible, de modo que sólo la exageración pudo convertir en obvia.
La exageración constituye una forma de desarrollo de una acción, pero el desarrollo no siempre involucra exageración. A veces, si nos quedamos con una acción o afirmación a través de la repetición, el énfasis tendrá como resultado una modificación de dicha acción, de tal forma que un movimiento lleva a otro, y un sentimiento o pensamiento a otro diferente. La instrucción “desarrolla eso" es una invitación a que el paciente explore la tendencia de este movimiento, gesto, postura, sonido vocal o imagen visual. De esta forma, el impulso, sólo expresado de manera imperfecta en una acción pasajera, es capaz de revelarse completamente en una secuencia que a veces puede constituir un trozo de danza, música o poesía (Naranjo, 1990, pp. 95-96).
Explicitación o traducción
Le doy el nombre “explicitación” a una de las técnicas más originales de la terapia gestáltica, que el terapeuta habitualmente introduce con afirmaciones tales como “ponle palabras a tu movimiento de asentimiento”, “si tus lágrimas pudieran hablar, ¿qué dirían?”, “¿qué le diría tu mano izquierda a tu mano derecha?” o “dale una voz a tu soledad”. Al hacerlo, al paciente se le está pidiendo que traduzca en palabras un trozo de expresión no-verbal -un gesto, una imagen visual, un síntoma físico, etc.- y se le pide, entonces, que haga explícito un contenido que sólo era implícito.
En el proceso de explicitación, el paciente necesariamente tendrá que empatizar con aquel aspecto de sí mismo o de su percepción que él trata de colocar en palabras. Tendrá que vivenciar, por así decir, el acontecimiento desde adentro en lugar de como un observador externo (...). En estas instancias, el fantasma proyectado [en el caso de Carlos era mover constantemente el pie y levantar repetidamente los hombros] puede crecer y hacerse explícito en su cualidad fantástica, o a la inversa, puede surgir una verdadera percepción que estaba cubierta por una proyección (Naranjo, 1990, p. 97).
Propuesta de ejercicio
Al revisar esta parte del relato, lo que captó más mi atención fue que mientras Carlos dice “yo pienso que está bien darse cuenta de todas estas cosas ¿no?”, la terapeuta notó el movimiento de pies y hombros. Creo que este es el punto de mayor carga y es donde enfocaría mi trabajo (T = terapeuta; P = paciente).
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T: Cuando dices esa frase, noto que subes los hombros y también mueves el pie. Vamos a ver si tu cuerpo tiene algo que añadir;
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T: Vas a repetir varias veces la frase “está bien darse cuenta de estas cosas ¿no?” mientras subes y bajas los hombros.
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T: (Mientras el paciente está haciendo el ejercicio) Nota si sientes alguna emoción y cuando sea clara, dime qué emoción es;
En mi hipótesis de trabajo sería posible que el paciente reporte miedo, confusión, incertidumbre, tristeza o alguna emoción similar. Entonces le preguntaría:
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T: Si te viene algún recuerdo o si piensas en alguna persona de tu historia, dime quien;
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P: Mamá, papá o alguna otra figura parental, por ejemplo, en algún contexto que el paciente relate;
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T: Entonces cambia la frase por esta: “[Persona recordada], ¿está bien que (XYZ)?” y repite la frase una y otra vez;
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Es posible que la frase cambie espontáneamente a alguna que esté más directamente relacionada con temas de su historia. Al tocar ese momento, dejaría que el paciente guíe la sesión hacia donde necesite, buscando apoyarle en el camino.
Sesión 08
Terapeuta: El día de hoy, Carlos llegó 10 minutos retrasado y al entrar al consultorio, me di cuenta de que caminaba lento y con gran dificultad para sentarse. Al preguntarle si se encontraba bien, él me respondió:
Paciente: “No, no me encuentro bien, estoy todo contracturado. Ayer me informaron que no me van a dar el ascenso que me prometieron y el puesto que me iban a dar se lo dieron a uno de mis subordinados. ¡Imagínese lo mal que me sentí!, me tuve que tragar todo mi orgullo y fingí que estaba conforme con la situación. Tenía muchas ganas de gritar y hasta de llorar, pero en mi casa me enseñaron que eso no es de hombres, entonces me aguanté tanto que cuando llegué a mi casa para contarle todo a mi esposa, ya no tenía ni ganas ni energía de nada y de inmediato me fui a dormir”.
¿Cuál es el modo de evitación predominante en Carlos?
El modo de evitación que puede observarse en esta sesión es la retroflexión, explicada por Margherita Spagnuolo en estos términos dentro del ciclo de contacto:
Retroflexión
La necesidad ha sido identificada y la excitación ha dirigido al organismo hacia su objetivo. El organismo está dispuesto para la acción, para el contacto. Si en este momento falta el apoyo, el organismo se detiene y se orienta hacia sí mismo.
Dice el texto fundamental: “En la retroflexión, el neurótico está agobiado y comprometido, allí donde el self que se concentra se siente dejado a un lado, excluido del ambiente”.
Objetivo terapéutico. Favorecer una sana experiencia de confluencia, la experiencia de confiarse al ambiente, superando la fobia a la relación.
Técnicas. Aparte del transcurso terapéutico específico, que es distinto según la diversa estructuración temática de la perturbación, en el nivel del proceso resultan apropiadas todas las técnicas centradas sobre el contacto, como el diálogo "Yo-Tú", el confiar ya sea a nivel corporal o afectivo. Además, es importante favorecer que el paciente haga preguntas, que pida ayuda (Spagnuolo 2015, pp. 18-19).
Como una mirada complementaria a la explicación anterior, Carmen Vázquez ofrece una reflexión interesante sobre la deflexión como una forma de retroflexión que me parece muy útil a la hora de pensar en elaborar una propuesta de intervención.
La autora incluye en su texto dos ejemplos que clarifican bien su propuesta, por lo que incluyo uno de ellos para tener mayor referencia al momento de elaborar una propuesta de intervención, que puede hacerse con técnicas como el ejercicio de contacto, dirección y expresión (CEDE):
Erving y Miriam Polster en su libro Terapia Guestáltica (Gestalt Therapy Integrated) definen la Deflexión como: “una maniobra tendente a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la verborrea; tomando a risa lo que se dice; evitando mirar al interlocutor; hablando abstractamente en lugar de especificar; yéndose por las ramas; saliendo con ejemplos que no vienen al caso, o prescindiendo de ejemplos; prefiriendo la cortesía a la franqueza; las emociones débiles a las intensas; hablando de cosas pasadas cuando el presente es más importante todas las deflexiones destiñen la vida” (Vázquez, 2015, p. 89).
Referencias
- Kepner, J.I. (1992). Proceso corporal: un enfoque Gestalt para el trabajo corporal en psicoterapia. México: El Manual Moderno.
- Naranjo, C. (1990). La vieja y novísima Gestalt. Santiago: Cuatro Vientos.
- Nicas Arévalo, A. (2013). Psicoterapia corporal desde el enfoque de bioenergética. Recuperado de http://psicologos.mx/psicoterapia-corporal-bioenergetica.php Consultado el 12 de diciembre de 2019.
- Spagnuolo Lobb, M. (2013). El ahora-para-lo-siguiente en psicoterapia. La psicoterapia de la gestalt contada en la sociedad post-moderna. Madrid: Asociación Cultural los Libros CTP.
- Spagnuolo Lobb, M. (2015). El apoyo específico en las interrupciones del contacto. Figura Fondo. Compilación de Artículos Vol. 2. México: Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. pp. 9-23.
- Vázquez Bandín, C. (2015). La deflexión como una retroflexión “simbólica”. Figura Fondo. Compilación de Artículos Vol. 2. México: Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. pp. 89-96.