El cuerpo
Organismo/entorno, función Ello, fisiología primaria y secundaria.
"'Cuerpo' y 'Mente': Esta división paralizante, inevitable y casi endémica, ha despojado a nuestra cultura de cualquier alegría y de cualquier gracia."
PHG, II, 2, 5
Resulta algo contradictorio estar de acuerdo con la cita de arriba y titular este capítulo ``El cuerpo''. Aún así, me ha parecido interesante recopilar algunas de las ideas que el PHG dedica al cuerpo y sus síntomas. Todo el capítulo 3, por ejemplo, se dedica a desfacer el entuerto entre ``mente'', ``cuerpo'' y ``mundo exterior''. La mente, dice, es una abstracción inevitable a la que se asimilan los sentidos, el inicio del movimiento y los sentimientos cuando estamos en una ``situación de urgencia crónica de baja intensidad'' [PHG, II, 3, 10]. Dicho de otro modo, la mente que ve a mi cuerpo como diferente de ``mí'' es un producto de mi propia neurosis.
Las tensiones musculares y las enfermedades psicosomáticas son una formación de lafisiología secundaria. La fisiología primaria es autorregulada y ``sana''; la del organismo que es capaz de establecer ajustes creativos y contactos plenos con el entorno. En una situación de urgencia crónica de baja intensidad, en la que hay peligro y frustración, persisten ``actitudes sensoriales y motoras cuando la situación no las justifica'' [PHG, II, 14, 2] que interfieren en la autorregulación y progresivamente se cronifican pasando a formar parte de la fisiología secundaria y, en su mayor parte, afectando a la salud.
La separación entre mente y cuerpo de la neurosis tiene una implicación: cuando se empieza a recuperar algo de espontaneidad, cuando la función Ello empieza a expresarse, las ``propiocepciones usurpan el campo'' [PHG, II, 14, 7], fluyen hacia la consciencia y la persona siente su cuerpo. Recuperar la espontaneidad, al principio, es doloroso.
En terapia
El acceso a la función Ello se puede hacer sobre todo a través del cuerpo: sensaciones corporales, posturas, movimientos, tics, incluso enfermedades, pueden estar informando de qué necesidad puja. Llevar la atención de la persona sobre su cuerpo puede ser una fuente de gran ansiedad, pero también de grandes descubrimientos. El precontacto está hecho en gran parte de esto, de la exploración del cuerpo y la excitación que esto provoca.
Otra manera de aumentar la excitación en la terapia es pedir a la persona que movilice su cuerpo para alguna propuesta. La implicación que esto requiere suele ser mayor que la de la interacción verbal y presumiblemente también la excitación que moviliza. El uso del espacio también tiene mucho que ver. No es lo mismo pedir ``piensa en alquien del grupo'', que ``señala a alguien del grupo'', que ``levántate y toca a alguien del grupo''. A la hora de proponer experimentos o juegos al paciente hay que buscar un nivel de ansiedad que haga el trabajo interesante pero que la persona pueda soportar; en esta graduación el parámetro de la implicación corporal es importante.
Un tercer ``uso'' del cuerpo en terapia es el que hacen muchas terapias corporales, como la bioenergética o el EMDR, ya que a través de ciertos movimientos del cuerpo se pueden desatar procesos emocionales importantes. Este tipo de trabajo me parece muy interesante pero lo desconozco casi por completo. Tampoco sé muy bien de qué manera se integra en terapia Gestalt.
En mi experiencia
El piano me ha proporcionado siempre un ejemplo de cómo mis vivencias emocionales afectaban a mi cuerpo. La rigidez de brazos y manos iba en proporción directa a mis problemas emocionales. Solamente por dejarme el conservatorio empecé a tocar algo mejor. Más adelante el Tai Chi, el Reiki, los chakras y, finalmente, la terapia, han ido consiguiendo que mi cuerpo se relaje y, con mucho menos esfuerzo, tenga más precisión, más fuerza, más agilidad y, sobretodo, mayor sensilidad y capacidad expresiva.