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Creatividad y re-construcción de la propia historia

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Creatividad y re-construcción de la propia historia

31 Mayo 2013
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Importancia de recuperar y comprender "la herida" en los casos de adopción

El trabajo de resiliencia consiste en recordar los golpes para hacer con ellos una representación de imágenes, de acciones y de palabras con el fin de interpretar el desgarro”1

Hay que decir que el peso en el texto señalado aquí, parece que está más en la interpretación de lo ocurrido que en la reparación que se produce a través de la reconstrucción en el presente de los traumas pasados y el consecuente contacto con las emociones y recuerdos reprimidos. Sin embargo esto último que ha sido el hilo conductor de nuestra experiencia personal con nuestros hijos, es el modelo de trabajo más eficaz por el momento de los que conozco en materia de adopción que propone la cooperativa de iniciativa social Agintzari que sobre todo trabaja en Vizcaya como veremos tiene también alguna similitud con “las sugerencias para continuar el trabajo sobre uno mismo” que propone C. Naranjo en Carácter y neurosis y con la propuesta de “trabajo en red” tan característico del estilo gestáltico; ya que nosotros desde los orígenes de la teoría gestáltica, subrayamos la importancia del sujeto como organismo presente siempre en una situación en un contexto multifactorial (como analizaremos en el próximo apartado, de ahí a la teoría de sistemas hay un sólo paso).

Agintzari propone un trabajo siguiendo un“modelo narrativo”(“como hojas de rutas vitales”) en que la idea consiste en rehacer la biografía del adoptado-a y tratar de llenar los vacíos que hay en ella, entiendo que como en el trabajo gestáltico ocupará un lugar primordial la recuperación y recreación de los hechos vividos, así como las emociones que se mueven en esos procesos y su comprensión tanto con niños-as como con las familias adoptivas. Básicamente consta de dos partes, una narración que hace el adulto y otra el niño-a , narración que no sólo está centrada en remover el pasado

El estudio de las necesidades infantiles señala que los niños y las niñas necesitan comprender la realidad que viven y protección ante los riesgos imaginarios que su vida conlleva. Precisan datos, información, relatos, reflexión sobre el mundo que viven. Necesitan conocer su pasado, poder predecir su futuro inmediato, comprender el presente y situarse en su mundo. La adopción está plagada de riesgos imaginarios, dados la poca apertura y el exceso de incógnito con que se trabaja”2

Para todo ello hará falta realizar tareas de investigación , buscando la documentación de la historia de los niños, tanto antes como después de la adopción y trabajando las emociones que dichas informaciones mueven en los niños y niñas. Estos relatos servirán para llenar los vacíos y equívocos, tranquilidad, alivio pero al abrir heridas también podemos encontrarnos con reacciones que habrán de ser valoradas. No podemos forzar el ritmo de cada cual decíamos antes. Para este trabajo de reunir todas las fases del proceso adoptivo el grupo mencionado tiene una herramienta de trabajo. Fases:

1- Abandono e institucionalización. 2- Ofrecimiento y certificación de la idoneidad, 3- Asignación y gestiones administrativas. 4- Toma de contacto y acoplamiento. 5-Constitución jurídica. 6- Integración y trabajo sobre la condición adoptiva.

Respetando todas y cada una de las fases ya que no pueden obviarse los acontecimientos surgidos en cada una de ellas van a ser debidamente contextualizados dependiendo de las edades de los niño-as.

El programa adoptia tiene otros elementos e instrumentos narrativos que tratan de aclararle al niño diferentes aspectos esenciales de la adopción. Al interesado le remito a su página web.3

En el mismo sentido, aunque no vaya dirigido únicamente a los adoptados, sino a todos-as aquellos-as que han reconocido su pasión principal C. Naranjo les anima a realizar una biografía centrada en aquellas “situaciones dolorosas y de experiencias de la vida primera”, que forjaron la estructura de carácter en una actitud de no apresurarse y de rememoración sensorial y sentimental menos ligada a abstracciones. Siguiendo con la pérdida de los anhelos infantiles entraríamos en los ideales y proyectos adolescentes. A partir de aquí, el trabajo de rememoración cambiaría con la escritura en relación a los sucesos displacenteros en el día a día, emociones negativas, examinando episodios “incorrectamente vividos” con el enfoque en la experiencia diaria, darse cuenta de los patrones cognitivos a la luz del conocimiento de las estructuras pasionales y buscando alternativas que trataran de reescribir los sucesos “mal vividos”. El planteamiento del desarrollo de un “yo observador” mediante la práctica vipassana, en la cual la pretensión es que estamos centrados no sólo en los aspectos cognitivos, sino con un particular énfasis en sensaciones y emociones. Muy resumidamente sería el estilo de trabajo que se plantea en esta primera parte del trabajo de auto-conciencia y rememoración.

la característica distintiva de la práctica del vipassana es una actitud peculiar hacia la experiencia que está teniendo lugar: una actitud centrada comparable a la que hemos tratado en relación con la conciencia de la vida diaria: una actitud neutral para dejar espacio a lo que se dé, una actitud de disponibilidad panorámica de la atención. Pero, más profundamente, es, una actitud de no retener nada y no rechazar nada: una actitud de apertura y de ecuanimidad desapegada.”4

Algunas otras aproximaciones de la propuesta de trabajo sobre uno mismo para realizar en grupo son también muy sugerentes y están a continuación del texto recién citado.

Siguiendo con el tema que en estos momentos nos ocupa. Qué es lo que ocurre cuando el bebe experimenta una emoción o siente una carencia que puede ser satisfecha en ese momento? El ciclo gestáltico de la satisfacción natural de las necesidades(sensación, toma de conciencia, energetización, paso a la acción...contacto,...retirada) se despliega sin obstáculos. Sin embargo, si la criatura no obtiene el contacto con lo deseado, al no lograr su objetivo, va a quedarse atascada en alguno de los momentos del ciclo. Esto le llevará al principio, a expresar su frustración sin intermediarios, dolor sin fisuras, a voz en grito. Será más adelante, cuando pueda comprender lo inoperante de su expresión,- si es que por ejemplo, no llega nadie a socorrerle, tenerle en brazos, alimentarle- cuando trate de dejar de sufrir suspendiendo paulatinamente el llanto. Finalmente, cuando ya se hace de alguna manera consciente de las limitaciones de la vida, será cuando recurrirá al ensueño y comenzará a inventar aquellas imágenes donde es capaz de realizar íntimamente sus deseos.

La mentira sirve para enmascarar la realidad y protegerse de ella, mientras que la mitomanía sirve para compensar el vacío de lo real y colmar así una carencia afectiva. La mitomanía repara, en la apariencia, la imagen quebrada de uno mismo. La ensoñación, por su parte, da forma al ideal de sí y provoca una apetencia que invita al soñador a trasformar su vida mediante el expediente de convertir su sueño en realidad”5

Estos tres modos diferentes de lograr el sentimiento de seguridad que los heridos adquieren en mayor o menor medida, sólo cobran un verdadero sentido curativo para ellos, en la relación con el otro( familia, sociedad); en la medida que gracias a poder salir del aislamiento que la mitomanía puede provocar en el sujeto, éste va a ser capaz de transformar los espejismos de la ensoñación en creatividad. Una gran parte de escritores y creadores (Picaso, Spielberg, Joane Rowling y tantos otros (alrededor del 50% de los autores literarios, según afirma Cyrulnik, han tenido un pasado doloroso.

La fantasía constituye el recurso interno más preciado de la resiliencia. Basta con disponer en torno al niño herido unos cuantos papeles, unos lápices, una tribuna, unas orejas y manos para aplaudir, y veremos operar la alquimia de la fantasía” 6

Y es a través de la conveniente metamorfosis de lo ocurrido,- ya que la realidad representada por los datos no es socialmente susceptible de ser aceptada como obra artística-, como se puede conseguir que el pasado, o aquello terrible que el autor entonces estuviera padeciendo, pueda ser rehabilitado por la conciencia, una vez que haya sido maquillado para la puesta en escena. En definitiva, una vez que vuelve a ser reinventado y convertido en ficción, puede llegar hasta nosotros en forma de obra de arte. En general proponiéndonos la posibilidad de un mundo donde ciertas dosis de esperanza son posibles, transfigurando lo más insoportable, lo más horroroso en algo asimilable para el público. En suma, llevando a compartir con el resto del mundo el propio relato.

El hecho de haber sido herida la vuelve sensible a todas las heridas del mundo y la invita al lecho de todos los sufrimientos.7

Todos los que hemos pasado por un proceso terapéutico donde la creatividad juega un papel importante, hemos comprobado que escribir, pintar, o incluso bailar sobre las propias heridas regenera nuestras emociones; y que así poco a poco, vamos limpiando los rincones más desconocidos de nosotros mismos; y que además, a través de esa conciencia nueva que surge en nosotros, adquirimos misteriosamente la fuerza necesaria para plantarnos en el mundo con el auto-apoyo necesario. Eso sí, siguiendo de nuevo a Cyrulnik,“el individuo normal” puede o no volverse creativo; sin embargo, cada niño-a, adulto-a que haya sido suficientemente golpeado, habrá de encontrar necesariamente el vehículo adecuado para la expresión de lo sentido y ensoñado y el espacio cultural de aceptación y crítica constructiva(tutores de resiliencia culturales), que pueda acoger dicha expresión. Si no, difícilmente podrá hacer esa transformación de uno mismo, que le de los suficientes recursos para resurgir de los embates de la vida.

Si la cultura no dispone en torno al niño herido ninguna posibilidad de expresión, el delirio lógico y el paso a la acción proporcionarán un apaciguamiento momentáneo: el extremismo intelectual, la delincuencia política, o los impulsos psicopáticos se manifiestan regularmente cuando se obliga a estos niños a permanecer prisioneros de su pasado. Sin embargo, tan pronto se les ofrece una posibilidad de expresión, vemos nacer a una persona marginada con gran capacidad creadora”8

Según este autor, todos los niños que han vivido situaciones extremas “están obligados” dice, a crear mitos, mediante los cuales atravesarán la frontera de la culpabilidad. Culpabilidad tomada aquí en sentido positivo, ya que tanto ella como la empatía es la que les puede llevar a la asunción de responsabilidades en la vida, y a ellos a sentirse como sujetos autores de su propio destino, y no, como colillas utilizadas por aquellos que les hirieron. Sentir culpabilidad en este contexto, paradógicamente es la vía que les permite sentirse morales, es una estrategia afectiva que les lleva a sentirse incómodos ante los regalos; pero también, dice Cyrulnik, crece en ellos un sentimiento exacerbado en reparar y ayudar a los demás, los cuales les mostrarán lógicamente su agradecimiento. Y es así que este ciclo de culpabilidad-reparación se convierte en el aprendizaje de un estilo más ético en la relación con el otro.

El acontecimiento que produce el trauma se impone y nos aturulla, mientras que el sentido que atribuimos al acontecimiento depende de nuestra historia y de los rituales que nos rodean..... No existe por tanto ningún “acontecimiento en sí”, ya que un fragmento de lo real puede adquirir un valor destacado en un contexto y resultar trivial en otro.”9

Para un niño por ejemplo, que vive aislado y apenas tiene el calor de su madre; el hecho de pasear de la mano con ella un simple domingo se puede convertir en la imagen de ella que siempre llevará dentro de sí; se trasformará en experiencia capital. Por tanto, no nos tiene que sorprender que experiencias de este tipo, experiencias que para el resto de los mortales no ocupan el mínimo espacio en la conciencia, a estos niños les pueden llevar a decir:” mi vida es feliz, o qué vida más hermosa he tenido” pese a haber sido apaleados, o incesantemente humillados, estos niños muchas veces construyen su identidad a partir de esos pocos momentos en que alguien se fijó en ellos y que tuvo a bien amarles. Y desde ese lugar, desde el fango, por construcción imaginaria son capaces de revisar mil veces aquel acontecimiento banal; y a partir de él, se enciende la chispa que puede provocar el resurgir a otro lugar, el comienzo del movimiento de sanación interna que puede hacer que acaben convirtiéndose en adultos resilientes plenamente satisfechos en el futuro.

Es quizás por esta relatividad de los hechos vividos, así como de qué manera les ayudamos a reconstruir su pasado y el cómo las familias nos colocamos en la relación con el niño adoptado que es imposible asegurar de antemano cuál va a ser la respuesta de nuestros hijos. En definitiva, es casi imposible de pronosticar cómo ellos van a asimilar las respuestas y actitudes, tanto conscientes como inconscientes, que nosotros les proporcionamos .

Cuando el niño adoptado inventa o fantasea relatos acerca de su origen, está expresando elementos de su mundo interno, y esto, sean cuales sean los relatos y detalles, es ya positivo. Requiere flexibilidad y apertura por parte de los padres para aceptar cualquier cosa que su hijo exprese, sin tomárselo al pie de la letra ni a la tremenda, sino como expresión del mundo interno del niño”10

 

1(pag.70) El murmullo de los fantasmas. Boris Cyrulnik

2(p. 414). - Loizaga Latorre Félix: Adopción hoy. Nuevos desafíos nuevas estrategias.

Artículo de Javier Múgica Flores: Claves y recursos narrativos para el abordaje de la 

3- www. agintzari.com

4.- (pag. 297). Naranjo Claudio . Carácter y neurosis.

5(pag. 161). El murmullo de los fantasmas. Boris Cyrulnik

6(pag 139).Los patitos feos. Boris Cyrulnik

7- (pag. 33). Los patitos feos. Boris Cyrulnik.

8(pag.144).Los patitos feos. Boris Cyrulnik.

9(pag 33). El murmullo de los fantasmas. Boris Cyrulnik.

10- (p.319). Loizaga Félix: Adopción hoy: nuevos desafíos nuevas estrategias. Artículo de Mirabent Vinyet Ricart Elena: el espacio imaginario y simbólico de la familia biológica en el seno de la familia adoptiva.

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